El puente es un símbolo de unión y de poder. Los puentes son la extensión de las puertas de entrada a una ciudad, a un nuevo ámbito, contexto, o  a aquellos caminos que salvaban pasos imposibles como ríos o barrancos y permitían llegar al otro lado. Los órganos  de nuestro cuerpo también se alían entre sí para realizar nuevas conexiones funcionales y facilitar el paso de fluidos químicos, emociones e ideas hacia estadios superiores del ser.

La vida está llena de puentes que unen y separan, permitiendo el paso de una a otra orilla de un río y también la posibilidad de alcanzar otro estado, que quedará unido al anterior por ese vínculo que liga y encadena una etapa con otra, estableciendo también su separación entre ellas. Vivir es evolucionar, establecer y pasar puentes, es signo de crecimiento individual y colectivo.